sábado, 28 de mayo de 2011

El problema no es "lo que dicen", sino "lo que crees" que dicen, Y tus valores.

No es lo que dicen, sino lo que crees que dicen, lo que hace el problema... Y claro, los valores que dominen tu respuesta.


El cuento original lo leí en El tesoro de la juventud, allá por 1964... Y siempre he creído que el problema va más allá de las fallas en la comunicación...
Aquí va la historia, como internet la registra en una de sus múltiples versiones:

Había una vez un soberano que en cierta ocasión envió al rey del país vecino, un mensaje concebido en estos términos:
“Enviadme un cerdo azul con la cola negra, o si no...”
A lo cual el otro rey replicó: “No tengo ninguno; pero si lo tuviera...”
El primero, al recibir esta respuesta, montó en cólera y declaró la guerra a su vecino. La lucha duró muchos meses, hasta que, cansados ya, concertaron los dos una entrevista.
-¿Qué quisisteis dar a entender -dijo el segundo- al decirme: “Mandadme un cerdo azul con la cola negra, o si no...?”
-Pues sencillamente -dijo el otro-, que me enviaseis un cerdo azul con la cola negra, o si no, otro de cualquier color. Y ahora, decidme, ¿qué quisisteis significar al contestarme: “No tengo ninguno, pero si lo tuviera...?”
-Pues la cosa más sencilla del mundo; que si lo tuviese, os lo enviaría sin dilación.
-¡Dios me valga, y qué necios hemos sido! Hagamos sin demora la paz, y seamos buenos amigos.
La paz fue concertada, y la historia fue escrita con letras indelebles en los anales de ambos reinos, a fin de que sirviese de saludable advertencia a los reyes venideros, para que no se porten de ligero y pesen bien las palabras antes de considerarse ofendidos.

Ajá, ¿y ése fue todo el problema? Una pretensión absurda lastimó el orgullo, sí. Pero ¿la reacción ante la ofensa sí es justificable? ¿No es más "saludable" ventilar la cólera de otra forma? Imaginemos que efectivamente el segundo rey no quería mandarle nada al primero. Estaba en su derecho, ¿no? A fin de cuentas ambos son independientes, iguales. E imaginemos que el primero había hecho muchos favores al segundo, por lo cual el segundo sentía que había intromisión (real o imaginada) en su "independencia" pero el primero esperaba cierta gentileza... ¿Y...? De acuerdo, ambos tenían motivos para estar incómodos con la falta de respuesta del otro, pero... ¿No se conocían, siendo vecinos tanto tiempo? ¿jamás habían vivido alguna contrariedad que hubiesen superado en equipo? ¿No podían preguntarse, consultarse, perdonarse, antes de hacerse la guerra? En fin, que no le veo la necesidad de tanto brinco estando el suelo tan parejo. O hay amor, justicia, y deseos de valores como respeto, libertad, paz... generosidad incluso... O sólo fingen sabiduría, comprensión, tolerancia y en verdad disfrazan el egoísmo, la prepotencia, la envidia, el rencor...
Así y todo... no se trata de quién tiene la razón. Si tan sólo se hubieran preocupado por escribir bien, expresarse con la mayor claridad; y amar al prójimo...
Sólo eso.

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