El lado oculto del amor. El gran engaño.
Pues me leí los 15 artículos que salieron en El Universal, del 1 al 15 de febrero, con respecto al tema del amor de pareja. O a propósito del día de San Valentín.
Todos los artículos, serios, formales, acertados en sus comentarios y consejos. Las personas entrevistadas eran profesionales en el campo de la sicología y siquiatría. Terapeutas, expertos. Las lecturas me parecieron no sólo interesantes, sino vitales.
¿Existe el amor de la vida? Era uno de los temas. Cómo sobrevivir a la pérdida del amor, era otro. Los amores destructivos, cómo reconocerlos y qué hacer para salir de uno; ¿El amor a la distancia, puede funcionar?; ¿Se puede amar a dos personas al mismo tiempo?; Internet como cupido y las consecuencias de mentir en las redes sociales para encontrar el amor; Los que no se enamoran, o tienen fobia al amor; y así. Todos los temas abordaban el amor desde un ángulo desmitificador.
Pero, ¿qué es amor? ¿Podemos todos amar? ¿Tenemos una media naranja y debemos buscarla hasta encontrarla? ¿Hasta dónde debo resistir el maltrato del amor de mi vida? ¿Y si ya no lo amo? ¿Por qué no lo amo? ¿Y si deja de amarme?
Las respuestas parecen ser:
Sí, el amor existe. Pero no es mágico. Sí, corres riesgos de no ser amado, ni aceptado, de sufrir, pero si quieres amar, tienes que atreverte... Sí, el amor es posible a cualquier edad, y se puede tener más de un amor de la vida "en la misma vida", o se puede tener la ilusión de amar a dos al mismo tiempo según el criterio de valor "amor" que se considere...
Solo que indefectiblemente nos encontramos con que en cada texto aparecen las condiciones: para poder amar, debes amarte. Para poder amar debiste tener una niñez con amor. O sanar la orfandad amorosa. Para poder alcanzar el verdadero amor de tu pareja, debes estar sano. Y debes comprometerte, dar y recibir respeto. Para ser aceptado, aceptar, pero antes aceptarte. Conocerte, y conocer. Reconocer el cambio que se va dando en las distintas etapas de nuestra vida, y madurar. Defender el amor desde el yo sano, maduro, feliz...
En todos los textos está implícito el mensaje: tú eres una persona que vale por sí misma. Tú puedes ser feliz solo. Y amar sin ser correspondido. Y buscas en el otro, no su identidad sino el compañero para compartir la vida, para trascenderla quizá, pero no a través de él sino junto a él.
Difícil y maravillosa tarea, experiencia, o vivencia es ésta del amor de pareja.
Quién enfrenta este reto descubre una aventura incesante. El amor de pareja no es un final de cuento, ni un sueño idealizado. Hay espinas, desastres, complicaciones. Decisiones que ya no son de uno solo, problemas que se heredan, limitaciones que surgen... Tampoco viene con su manual de procedimientos... Ni se garantiza el éxito, la felicidad, o el bienestar. En vivirlo está la recompensa.