sábado, 28 de mayo de 2011

El primer síntoma de que estás matando tus sueños, es la falta de tiempo. Coelho

En estas noches de desvelo, de Coelho me encontré un montón de citas . Aquí les paso algunas, (treinta frases) por no dejar... de compartir, claro. Aunque no sé ni de qué libro de los suyos fueron tomadas, ni si tienen entre sí algún sentido o conexión. Pero cada una parece algo que podría reflexionarse o hacernos sentir un poco mejor.
  1. Lo que un adulto puede aprender de un niño: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquéllo que desea.
  2. Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. No te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.
  3. Existen derrotas, pero nadie está a salvo de ellas. Por eso es mejor perder algunos combates en la lucha por nuestros sueños que ser derrotados sin siquiera saber por qué se está luchando. 
  4. Lo que ahoga a alguien no es caerse al río, sino mantenerse sumergido en él. 
  5. Dios juzga al árbol por sus frutos, y no por sus raíces. 
  6. Quien ama esperando una recompensa está perdiendo el tiempo. 
  7. Un hombre tiene que escoger. En esto reside su fuerza: en el poder de sus decisiones. 
  8. No pretendas ser bravo cuando basta ser inteligente. 
  9. Nadie pone sus sueños en manos de aquellos que pueden destruirlos. 
  10. Un guerrero acepta la derrota como una derrota, sin intentar transformarla en victoria. 
  11. Dios siempre me dio una segunda oportunidad en la vida. 
  12. Las cuerdas que están siempre tensas terminan desafinando. 
  13. Podemos cometer muchos errores en nuestras vidas, menos uno: aquel que nos destruye.
  14.  No tenía miedo a las dificultades: lo asustaba tener que escoger un camino. Escoger uno significaba abandonar otros. 
  15. Siempre es más fácil escuchar una ofensa y no reaccionar que tener el coraje de enzarzarse en un combate con alguien más fuerte. 
  16. Esperar duele. Olvidar duele. Pero el peor de los sufrimientos es no saber qué decisión tomar.
  17. Jamás dejes que las dudas paralicen tus acciones. Toma siempre todas las decisiones que necesites tomar, incluso sin tener la seguridad o certeza de que estás decidiendo correctamente.
  18. Todos los días dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. 
  19. Aquel que ya perdió algo que daba por hecho al final aprende que nada le pertenece.
  20. El sexo, el dolor y el amor, son experiencias límite del hombre. 
  21. Debemos escuchar al niño que fuimos un día y que existe dentro de nosotros. Ese niño entiende de instantes mágicos. 
  22. El miedo generalmente se manifiesta de dos maneras: a través de la agresividad o a través de la sumisión.  
  23. Cuando defiendes públicamente tus ideas, debes esforzarte para vivir de acuerdo con ellas. Y porque piensa que él es lo que habla, el guerrero acaba transformándose en lo que dice. 
  24. Acumular amor significa suerte, acumular odio significa calamidad. 
  25. Para poder conocerlo a el, primero tuve que conocerme a mi misma... 
  26. Lo importante es dejar en el pasado momentos de la vida que ya se han acabado... 
  27. Nadie hace desaparecer un mar. 
  28. No todo en la vida es de un color o de otro. Miren si no el arco iris.   
  29. Hay dos tipos de mundo: aquel con el que soñamos y el que es real... 
  30. Nadie está solo en sus tribulaciones, siempre hay alguien más pensando, alegrándose, o sufriendo de la misma manera, y eso nos da fuerza para afrontar mejor el desafío que tenemos ante nosotros...

El problema no es "lo que dicen", sino "lo que crees" que dicen, Y tus valores.

No es lo que dicen, sino lo que crees que dicen, lo que hace el problema... Y claro, los valores que dominen tu respuesta.


El cuento original lo leí en El tesoro de la juventud, allá por 1964... Y siempre he creído que el problema va más allá de las fallas en la comunicación...
Aquí va la historia, como internet la registra en una de sus múltiples versiones:

Había una vez un soberano que en cierta ocasión envió al rey del país vecino, un mensaje concebido en estos términos:
“Enviadme un cerdo azul con la cola negra, o si no...”
A lo cual el otro rey replicó: “No tengo ninguno; pero si lo tuviera...”
El primero, al recibir esta respuesta, montó en cólera y declaró la guerra a su vecino. La lucha duró muchos meses, hasta que, cansados ya, concertaron los dos una entrevista.
-¿Qué quisisteis dar a entender -dijo el segundo- al decirme: “Mandadme un cerdo azul con la cola negra, o si no...?”
-Pues sencillamente -dijo el otro-, que me enviaseis un cerdo azul con la cola negra, o si no, otro de cualquier color. Y ahora, decidme, ¿qué quisisteis significar al contestarme: “No tengo ninguno, pero si lo tuviera...?”
-Pues la cosa más sencilla del mundo; que si lo tuviese, os lo enviaría sin dilación.
-¡Dios me valga, y qué necios hemos sido! Hagamos sin demora la paz, y seamos buenos amigos.
La paz fue concertada, y la historia fue escrita con letras indelebles en los anales de ambos reinos, a fin de que sirviese de saludable advertencia a los reyes venideros, para que no se porten de ligero y pesen bien las palabras antes de considerarse ofendidos.

Ajá, ¿y ése fue todo el problema? Una pretensión absurda lastimó el orgullo, sí. Pero ¿la reacción ante la ofensa sí es justificable? ¿No es más "saludable" ventilar la cólera de otra forma? Imaginemos que efectivamente el segundo rey no quería mandarle nada al primero. Estaba en su derecho, ¿no? A fin de cuentas ambos son independientes, iguales. E imaginemos que el primero había hecho muchos favores al segundo, por lo cual el segundo sentía que había intromisión (real o imaginada) en su "independencia" pero el primero esperaba cierta gentileza... ¿Y...? De acuerdo, ambos tenían motivos para estar incómodos con la falta de respuesta del otro, pero... ¿No se conocían, siendo vecinos tanto tiempo? ¿jamás habían vivido alguna contrariedad que hubiesen superado en equipo? ¿No podían preguntarse, consultarse, perdonarse, antes de hacerse la guerra? En fin, que no le veo la necesidad de tanto brinco estando el suelo tan parejo. O hay amor, justicia, y deseos de valores como respeto, libertad, paz... generosidad incluso... O sólo fingen sabiduría, comprensión, tolerancia y en verdad disfrazan el egoísmo, la prepotencia, la envidia, el rencor...
Así y todo... no se trata de quién tiene la razón. Si tan sólo se hubieran preocupado por escribir bien, expresarse con la mayor claridad; y amar al prójimo...
Sólo eso.