sábado, 12 de octubre de 2019

Los testimonios de Elena Garro sobre Mariana



Para leer “Testimonios sobre Mariana” no necesitas saber (y más bien deberías ignorar) quién es Elena Garro; o que escribió esta obra en 1965, ya concluida su relación con Octavio Paz; o que la publicó en 1981 y obtendría con ella, entre otros, el premio Juan Grijalbo. Tampoco se requiere ningún conocimiento sobre la vida íntima, personal o profesional de la autora. Podemos dejar de lado, incluso, la fuente de inspiración para intentar entrar, sin prejuicios, a su lectura.  
Lectura en la que, con una fuerza descriptiva extraordinaria que estará presente en todo el texto, encontraremos una maraña de emociones reprimidas, dependencias extrañas, acciones o pasividades incomprensibles, afectos apasionados... todo justificado en el miedo, más bien pánico, que envuelve la vida de Mariana y que es provocado calculada y perversamente por el esposo, según los tres testimonios que conforman el libro y que son a favor de Mariana:
Vicente la ama con desesperación y desesperanza. Gabrielle da el enfoque femenino y corrobora la opresiva vida de su amiga a quién ella no puede ayudar sin perder su trabajo y André vivirá con el recuerdo de ella persiguiéndole por más de diez años.
Los tres testigos, independientemente de la magnitud de su devoción hacia Mariana, resultan totalmente impotentes para rescatarla de la relación destructiva en la que ella se encuentra atrapada, en gran parte debido a que es la propia Mariana quién les exige la inacción, algunas veces abiertamente, por miedo y otras por su conducta incoherente, que no intenta justificar. 
Ni Vicente, ni Gabrielle o André, logran conocer a Mariana o sus propósitos, pues ella continuamente los desconcierta con sus silencios y repentinas demandas. En cambio a Augusto lo perciben con absoluta claridad como cruel, vengativo, obsesionado con destruirla, sin justificar este profundo odio con alguna acción provocada por la esposa a quién él no se cansa de vejar y denigrar. Lo sorprendente es que todo el universo que rodea al matrimonio, excepto ellos tres, se deja engañar por Augusto y se unen a él y aprueban y aplauden sus decisiones.
¿Qué pretendía la autora con este texto?
Creo que quería crear indignación, antes que nada, hacia la figura del esposo brillante y exitoso que no respetaba la individualidad de su mujer y no le permitía desarrollarse a su vez con brillo propio.
Al empezar la narración con un matrimonio ya en destrucción, Elena Garro no nos permite saber las afinidades en las que se basó la unión de los protagonistas y, por tanto, tampoco nos enteramos de las deslealtades que la destruyeron.
Es muy extraño que a pesar de que Testimonios sobre Mariana parezca querer retratarla, en realidad nos la oculta. La autora se cuida mucho de mostrarla directamente. Son sus amigos quienes la compadecen e intentan justificarla y es a través de ellos que nos llegan los juicios negativos de quienes no la aprecian. No hay testimonios directos de la otra parte. Ni siquiera hechos neutrales.
La narración, no obstante, tiene sus méritos y atractivos. Tanto en el planteamiento, como en la creación de imágenes, en el lenguaje y la construcción de la historia, como en los juegos temporales se percibe la maestría de la autora. Aunque no queda muy claro qué pasó con Mariana, en parte debido a que ella es contradictoria; los mismos narradores están sorprendidos por lo que ignoran pero suponen, imaginan, creen que...
Sin saber quién era Elena, ni atribuir como fuente de su inspiración su vida, resulta interesante su esfuerzo en esta historia en que la autora a todas luces no pretende encubrirse como el personaje y juega a desdoblarse en observador y sujeto observado con resultado un tanto ingenuo. Ella, la autora, se percibe (y recrea) a sí misma al tiempo que encarna al observador, -uno solo, desde tres ángulos distintos-, quien la idealiza al extremo de elevarla a categoría de dios abandonado por los suyos. Sin que esto signifique que Mariana, el personaje, no quede invicta. Y en esto radica la belleza y la ingenuidad que contradice el texto.
Es difícil leer “Testimonios sobre Mariana” sin caer en las trampas preparadas por "la Garro" que desde el inicio te obligan a tomar partido: O estás a favor de Mariana y de inmediato la asumes como una deidad en cautiverio a la que nadie puede ayudar a liberarse de sus cadenas, o intentas infructuosamente encontrar una justificación menos cruel para entender el odio desmedido del esposo y la sociedad que no solamente lo apoya incondicionalmente sino que aplaude sus brutales acciones. Pues para la escritora, ya se sabe, escapar con felicidad de su aprisionamiento no es opción.

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